miércoles, 16 de junio de 2010

Hablo con los mandos a distancia

He desayunado cristales. Camino por el techo. Soy juez de luchas de barro. Tengo nombre de virus virtual. Oh, pollas en vinagre. Las zanjas no contienen muertos sino verduras putrefactas. Es la venganza de los micropenes. Me siento solo. Por eso mismo les hablo a los mandos a distancia. Y porque no soporto las competiciones futbolísticas. Soy un artista, me cago en la leche. Estoy muy mal aprovechado. Mi amigo el frutero me ha dicho que le decore su establecimiento. Le he dicho que ya se lo decoran las frutas y las verduras. Me ha dado una caja de melocotones putrefactos, para que haga arte con ellos. Los he dejado en plena calle. Adornando las aceras junto a las cagadas de perro. Ya he vuelto de Buenos Aires.

El vaso de cerveza

Trabajo mientras duermo. Durmiendo, he robado bancos. A gritos, he violado pelotas amarillas. A oscuras, me he cagado encima. Veo veo, veo un vaso de cerveza. Me lo bebo. Me zambullo en mi rubia amiga. Quiero pagar por mis pecados. Duermo siempre. Robo bancos.

La pelota amarilla

A mis pies, una pelota amarilla. Huele a sal. Estoy probando suerte con el miedo. Esta tarde, he intentado robar en un banco. En la puerta, me he rajado. Me he propuesto robar a gritos. Nadie lo ha advertido. Estoy harto de mi invisibilidad. Sin embargo, al ocultarme de todo y de todos siento una cierta comodidad. La pelota amarilla está en mis manos. La abrazo con el aliento.